¿Se ha convertido el origami en un producto de consumo como los demás?

¿Se ha convertido el origami en un producto de consumo como los demás?

Nos apresuramos a conseguir el último libro que acaba de salir, buscamos un nuevo papel para probar, llenamos nuestro disco duro de diagramas descargados que nunca plegaremos... Todo porque la oferta es cada vez mayor. Si hace diez años todavía era difícil encontrar diagramas, hoy en día el acceso al plegado se ha democratizado en gran medida, con decenas de libros que se publican cada mes, innumerables vídeos gratuitos, por no hablar de la multiplicación de las convenciones en línea.

Es interesante preguntarse sobre la propia relación con el consumo de origami. Algunos coleccionarán diagramas sin llegar a plegarlos, otros se concentrarán en unos pocos libros al año para disfrutar al máximo de cada modelo. Muchos probablemente se permitirán no terminar todos los libros, para tener el placer de descubrir otras obras.

Como editor/vendedor, debería posicionarme en una lógica consumista, publicando los libros que mejor funcionan para maximizar las ventas y pasar rápidamente a otro libro del mismo estilo. Pero he aquí la cuestión: siempre he intentado luchar contra esta tendencia consumista. Por eso, desde el principio, no he dudado en publicar autores desconocidos o libros que no pretenden batir récords de ventas, o libros con estilos inusuales (como el próximo libro de Mi Wu) o que se salen de lo habitual (el fotolibro de Monica Gao).

Lo que me mueve es hacer que cada libro sea atemporal, no sólo un artículo de consumo que se tira y se olvida después de usarlo. Elijo cada libro en primer lugar por el placer que me proporcionará mantener una conversación diaria con un autor al que admiro y por el vínculo que formaremos juntos. Luego trabajaremos para dar un alma a ese libro, para hacerlo único. Es este espíritu el que quiero dar a cada libro que publique y que usted abra.

Mi deseo es que sientas cada libro como una invitación a viajar, que sientas el amor y la energía que el autor y yo hemos puesto en él.

Que este libro no sea sólo un objeto de consumo, sino un paréntesis encantado que nos reservamos para nosotros mismos.

Nicolas TERRY